
No me extraña que esos niveles de consumo de energía les haga pensar en otro estilo de costumbres conservadoras de alimentos. Y que opten por sacrificar algunos gustos helados.
Mi preferencia y elección por reducir mi huella de carbono no contempla deshacerme de las frigorías. Pues no me imagino lo que supondría, en términos de tiempo y dinero, ir a comprar y preparar la comida diariamente. Cosa que hago una o dos veces por semana para congelarla. Menos aún me planteo comer fuera de casa o consumir alimentos procesados y empacados. Ni qué decir de tomar una cerveza del tiempo….mmmm no hay manera.
Por suerte, en Europa, donde prima la pequeña vivienda en comunidad horizontal nuestros frigoríficos son pequeños y medianos; además los de tipo A, más eficientes, consumen apenas unos 300 kilovatios hora al año. Esta sí es una opción interesante y que elegiré al renovar el que tengo en casa.
Si Cecilia, estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarEn EEUU tienen que empezar por reducir todo en tamaño y cambiar muchas costumbres que tienen.
Aún asi, nosotros no debemos compararnos con los peores ambientalistas, sino con los mejores. Todavía tenemos que mejorar mucho y gastar mucha menos energía de la que gastamos.