Familias ecologista de América del norte empeñadas en reducir su producción de carbono han optado por deshacerse del “monstruo enfriador”. Cabe aclarar que se trata de frigoríficos enormes (dos puertas) que consumen unos 1.300 kilovatios hora al año (con una emisión de 900 kilogramos de CO2 al año), de los que suelen instalarse en los hogares/chalets americanos.
No me extraña que esos niveles de consumo de energía les haga pensar en otro estilo de costumbres conservadoras de alimentos. Y que opten por sacrificar algunos gustos helados.
Mi preferencia y elección por reducir mi huella de carbono no contempla deshacerme de las frigorías. Pues no me imagino lo que supondría, en términos de tiempo y dinero, ir a comprar y preparar la comida diariamente. Cosa que hago una o dos veces por semana para congelarla. Menos aún me planteo comer fuera de casa o consumir alimentos procesados y empacados. Ni qué decir de tomar una cerveza del tiempo….mmmm no hay manera.
Por suerte, en Europa, donde prima la pequeña vivienda en comunidad horizontal nuestros frigoríficos son pequeños y medianos; además los de tipo A, más eficientes, consumen apenas unos 300 kilovatios hora al año. Esta sí es una opción interesante y que elegiré al renovar el que tengo en casa.
Si Cecilia, estoy totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarEn EEUU tienen que empezar por reducir todo en tamaño y cambiar muchas costumbres que tienen.
Aún asi, nosotros no debemos compararnos con los peores ambientalistas, sino con los mejores. Todavía tenemos que mejorar mucho y gastar mucha menos energía de la que gastamos.