jueves, 26 de enero de 2012

Noticias energéticas, buenas y no tan buenas


Ver una central eléctrica termosolar desde el aire es toda una experiencia. El campo de espejos, de varias hectáreas de extensión, es visible desde muchos kilómetros de distancia, brillando con un resplandor extraterrestre. Pero es posible que estas visiones futuristas sean sustituidas por otras más prosaicas, de chimeneas pintadas de rojo y blanco vomitando humo negro, procedente de la quema del carbón de toda la vida.

Los resultados de 2011 revelan un sistema energético complejo, con un tremendo perfil político, en plena transición a un modelo seguramente más sostenible. Ahora que hemos quedado bien con la facultad, vamos al grano. Ya se ha publicado el balance eléctrico de 2011, y con eso y otros documentos del IDAE y otras instituciones vamos teniendo una idea de lo que ha ocurrido y de lo que nos espera en materia energética.

Petróleo

Para nuestro contento y alegría, es bueno saber que en el último año casi un 11% del suministro de petróleo ha venido de Irak y de Libia, es decir, de países que han sufrido y sufren sendas guerras en las que ha participado España. Para nuestra tranquilidad, conviene conocer que otro 29% viene de Irán y Arabia Saudí atravesando el estrecho de Ormuz, punto clave de las tensiones mundiales.

Por si fuera poco, la UE ha decretado un embargo al petróleo iraní que entraría en vigor el 1 de julio, como medida de presión contra el programa nuclear de Irán (ellos no pueden tener centrales nucleares). También es agradable que cerca del 14% del petróleo venga de Nigeria, donde los vertidos de crudo ha convertido el delta del Níger en un paraíso del chapapote, haciendo al accidente del Prestige idílico en comparación.

El consumo de derivados del petróleo sigue bajando, y ya está en el 46% del gasto de energía primaria. Los últimos años baja a razón de un 1% anual, pero ese ritmo podría ser más rápido si la flota de vehículos o su uso cambiaran sustancialmente. El único derivado petrolífero cuyo uso ha crecido es el queroseno (por su empleo en el transporte aéreo). En todo lo demás, según la AOP (Asociación española de Operadores de Productos Petrolíferos), “continúa deteriorándose la demanda”. Así que parece que nuestro país se está curando poco a poco de su adicción al petróleo.

Carbón

El consumo de carbón se desplomó entre 2007 y 2010, cuando pasó de casi un 14 % a poco más de un 6% del consumo de energía primaria. Pero el año 2011 volvimos al siglo XIX, cuando el carbón era el rey. Gracias a las ayudas del gobierno, el carbón nacional ha podido competir con el importado (ya se sabe que es mucho más barato llevar a Asturias carbón de Sudáfrica que sacarlo de la misma Asturias) y se ha quemado con entusiasmo en las centrales eléctricas. En 2011 se quemó casi el doble de carbón con este fin que el año pasado, y el resultado ha sido un bonito repunte de las emisiones de CO2 del sector eléctrico.

La esperanza del carbón nacional radica en su carácter de “reserva estratégica”, es decir, ser lo único que nos quedaría, junto con las renovables, si la cosa se pone fea ahí fuera y nos quedamos sin petróleo y gas (exactamente lo que pasó en 1943). La esperanza del carbón en general radica en una serie de proyectos de alta tecnología que eliminarían el CO2 y otras cosas peores que produce su combustión. Ya hay dos proyectos en marcha, uno en Ponferrada y otro en Burgos.

Solar y otras renovables

La energía solar ha pasado de curiosidad de feria científica juvenil a una seria amenaza a nuestra prosperidad, según se deduce de los violentos debates recientes en Alemania y España (1º y 2º del mundo en producción solar fotovoltaica) sobre si tiene sentido seguir subvencionando esta forma de producir electricidad. Un problema es que las subvenciones oficiales y la tecnología hacen una carrera de la liebre y la tortuga: los costes de fabricar electricidad solar caen tan rápido que la subvención estatal se convierte rápidamente en jugosísima (palabra del argot financiero). A continuación la subvención se reduce, pero de nuevo la tecnología toma la delantera, y así se forman las burbujas solares que amenazan nuestra civilización.

Lo cierto es que 2011 vio dos hitos importantes: la energía solar superó el 1% del total de energía primaria y ya ha alcanzado el 4% del famoso “mix” eléctrico de España. En sentido contrario, la producción eléctrica renovable se ha reducido por primera vez con respecto al año anterior, cosa que no ocurría desde 2004. Ha pasado de un 35% a al 33%. La causa principal ha sido la sequía, que ha recortado drásticamente la contribución hidroeléctrica. La producción eólica no ha variado apenas, y la solar ha seguido creciendo a buen ritmo. Esto quiere decir que todavía no tenemos la central virtual renovable a prueba de contingencias climáticas, aunque no andamos lejos. Se conseguirá cuando tengamos una mezcla equilibrada de solar, eólica, hidráulica y biomasa.

Electricidad

El consumo de electricidad descendió en 2011 ligeramente con respecto al año anterior, siguiendo así una tendencia general de los últimos 40 años, desde que en 1972 y 1973 se alcanzó el increíble pico de dos años seguidos con un incremento del consumo de más del 11%. En los próximos años veremos importantes cambios en este sector. Nuevos conceptos como el autoconsumo o las redes inteligentes se harán familiares. La idea general es pasar de un modelo centralizado y rígido (unas pocas centrales suministran a millones de hogares y empresas) a otro distribuido y flexible (millones de productores-consumidores unidos en una red).

Las redes eléctricas inteligentes (smart grids en fino) deberán estar completadas al parecer en 2018, puede que incluso antes. Después de Málaga, otras ciudades están instalando los contadores inteligentes y demás utillaje. Junto con la posible proliferación de la producción renovable y el coche eléctrico, cambiarán completamente el panorama de la red eléctrica, haciéndola mucho más sostenible, más segura y menos contaminante. Dejando aparte los cuentos de la lechera, lo cierto es que las smart grids + electric car + renewable energy forman un trío bien conjuntado. Dinamarca está en ello.

Por el lado de la eficiencia, culturalmente que es lo importante, se está avanzando mucho. La etiqueta energética está consolidada. Los electrodomésticos A+++ ya se venden con toda naturalidad. La reciente encuesta del IDAE muestra una fuerte penetración de los electrodomésticos con etiqueta energética A y superior en los hogares, así como de las lámparas de bajo consumo.

Nuclear

Llegan noticias menos malas desde Fuskushima. Según el último Flash de Foro Nuclear, se encuentra ya en “parada fría”, dos conceptos esperanzadores en una central que estuvo caliente y violenta durante demasiado tiempo. La empresa Nuclenor (propiedad al 50% de Iberdrola y Endesa) sigue porfiando para evitar el cierre de Garoña en 2013, apoyada por informes varios que aseguran que todas las centrales españolas son seguras.

Pero la noticia histórica es la elección definitiva del almacén de residuos nucleares permanente (más bien eterno), en Villar de Cañas, Cuenca. No podía haberse elegido mejor el momento, en un tiempo en que la angustia económica domina el país, aunque la Asociación de Municipios Afectados por Centrales, AMAC, ha declarado su decisión de recurrir. Es una muestra más de la utilidad el Gran Espacio Vacío, un arco entre Albacete y León, pasando por Soria, donde la población es tan dispersa que se pueden hacer cosas que serían inaceptables en la Puerta del Sol o la Plaza de Cataluña.

(Publicado como Señales de Sostenibilidad. Boletín informativo de Fundación Vida Sostenible • núm. 19 − 26 de enero de 2012)

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