viernes, 28 de enero de 2011

Compensar emisiones no es suficiente


Supongamos que usted provoca la emisión a la atmósfera de 500 kilos de CO2. Por ejemplo, conduciendo su coche de Sevilla a Barcelona y vuelta. Pues no tiene más que plantar un pino –u otro árbol crecedero cualquiera– para compensar la bofetada de media tonelada que le acaba de propinar a nuestra atmósfera. Dentro de treinta o cuarenta años, allá por el 2050, el plantón se habrá convertido en un árbol robusto con 500 kilos de CO2 atrapados en su tronco, raíces y ramas, y aquel pecadillo de juventud de emisión de gases de efecto invernadero que usted cometió en 2011 habrá quedado olvidado, es decir, compensado.

Millares de empresas e instituciones se dedican hoy al asunto de la compensación de emisiones. Una marca de coches llega incluso a vender vehículos con las emisiones ya compensadas de fábrica (aunque luego los números de gases emitidos y árboles plantados no cuadran ni de lejos). Algunos ayuntamientos lo ven como un buen sistema de obtener recursos para crear zonas forestales sin coste. En general todo el asunto suena bastante bien.

El problema es que es inviable a escala planetaria, que es como funcionan las cosas en materia energética. La emisión de CO2 solo en en España supera los 300 millones de toneladas al año (ha bajado mucho últimamente, gracias a las energías renovables, aunque la gran recesión también ha tenido parte). Necesitaríamos plantar ahora 600 millones de árboles de un golpe (¡) para que la cantidad de CO2 que lanzaremos a la atmósfera este año termine encerrada en la panza de los árboles hacia 2050. Con una densidad de unos 200 árboles por hectárea, adecuada a los suelos no muy boyantes de nuestro país, necesitaríamos 3.000.000 de hectáreas, 30.000 km2, la superficie de Galicia entera, solo para compensar las emisiones de un año.

El caso es que, entre cultivos, bosques que ya existen, ríos, lagos y embalses, ciudades y parkings, no deben de quedar mucho más de 10 millones de hectáreas para plantar árboles devoradores de CO2. En cuatro años nos quedaríamos sin terreno disponible, de manera que si empezáramos ahora mismo a plantar, deberíamos dejar de emitir CO2 en 2015. Tal vez sea más práctico empezar a reducir en serio el consumo de petróleo. Plantar árboles siempre es bueno, pero no alcanza.

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