lunes, 16 de junio de 2008

Nerón y la energía


"Puedo soportar que quemes Roma, pero jamás soportaré tus versos" le dijo Petronio a Nerón en su célebre carta de despedida, poco antes de suicidarse. Lo mismo podemos decir los sufridos lectores de periódicos o veedores de televisión, ante el fenómeno de los Anuncios Intensos.

Este tipo de publicidad, que debe costar un ojo de la cara, se basa en dos o tres ingredientes:

- Niños
- Medio Ambiente (o Sostenibilidad)
- Futuro

Todo ello envuelto en una salsa espesa de lírica planetaria verde, por ejemplo “cuidamos el corazón del mar” “quiero pisar la hierba con los pies descalzos”, etc.

Suelen estar pagados (los anuncios) por enormes compañías del ramo energético, por ejemplo Endesa y Repsol. No es que estas compañías hagan nada malo, aparte de participar en la gestión de centrales nucleares defectuosas y tratar de ocultar sus averías, o de molestar a muchas personas con sus máquinas de prospección de hidrocarburos.

Lo cierto es que no podríamos vivir sin ellas, sin el gas, electricidad o petróleo que fabrican o distribuyen. El problema lo definen dos refranes, uno viejo y uno nuevo: “dime de qué presumes, y te diré de qué careces” y “no hay nada peor para un mal producto que una buena publicidad”.

El día –que ojalá llegue pronto– en que estas grandes compañías tengan algo interesante que contar acerca de lo que están haciendo por el Planeta, podrán contratar a los mejores publicitarios para llenar páginas en los períodicos y minutos en la televisión. Pero no antes.

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