martes, 29 de enero de 2008

Vuela a la nieve


Bajo el eslógan "vuela a la nieve", Pyrenair anuncia ofertas de avión + hotel + forfait + traslados, desde Valencia, A Coruña y Madrid hasta el aeropuerto de Huesca-Pirineos. La página web de la compañía dice que el avión básico de su flota es el Avro Regional Jet (BAe 146), un reactor cuatrimotor de unas 40 toneladas con capacidad para cien pasajeros. Con los bajos ratios de eficiencia de los reactores regionales, un viaje ida y vuelta Madrid-Huesca viene a salir por una media tonelada de CO2 por pasajero. Diez vuelos equivalen a la cuota media anual de CO2 por ciudadano.

Es verdad que quemar queroseno a toneladas y emitir el correspondiente CO2 para llevar a gente a esquiar en montañas cuya cobertura de nieve está directamente amenazada por el calentamiento global, una parte del cambio climático inducido por la emisión de CO2 a la atmósfera, (pausa para tomar aliento) parece absurdo.

Pero no lo es tanto. En las 28 estaciones de esquí alpino españolas, los cañones de nieve son un equipamiento tan corriente y necesario como los gigantescos aparcamientos. Los primeros cañones de nieve en las estaciones de esquí pirenaicas se instalaron en 1991. Esto quiere decir que el cambio climático y sus posibles efectos negativos en el abastecimiento de nieve natural no preocupan gran cosa: ¿quién quiere seguir mirando al cielo, teniendo la posibilidad de fabricar nieve a voluntad y a buen precio, gracias al bajo precio del petróleo?

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