miércoles, 29 de junio de 2011
El tren fantasma
Sin demanda. La línea de alta velocidad Toledo-Cuenca-Albacete ha dejado de prestar servicio por falta de clientes: 9 de media en el primer tramo, 17 en el segundo. Aunque los medios de comunicación ham dedicado mucho espacio a la noticia, y algunos comentaristas se han rasgado las vestiduras, hablando de derroche de los recursos públicos, lo cierto es que cerrar líneas secundarias o transversales ha sido una política deliberada de Renfe desde hace bastantes años. Lo absurdo de esta situación es que ahora ha tenido que cerrar una línea secundaria recién inaugurada, de alta tecnología, y trazada a un coste astronómico.
La idea de una red de ferrocarril densa, capaz de prestar servicio a todas las ciudades y pueblos del país, se mantuvo viva. aunque cada vez más renqueante, hasta comienzos de la década de 1960, cuando un informe del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo recomendó cerrar las líneas de ferrocarril "deficitarias", concentrando las inversiones en las más rentables. Desde entonces se cerraron muchas líneas, dejando a muchas localidades sin conexión ferroviaria o reduciendo drásticamernte su frecuencia. Las grandes lineas radiales con su centro en Madrid se han mantenido y reforzado, ahora gracias a las líneas de alta velocidad.
Para el resto del territorio (el 90% del total) quedan dos posibilidades: el coche privado o un transporte público penalizado, es decir, rutas de autobús esporádicas o alguna de tren superviviente con recorridos tortuosos, velocidad lenta y paradas en todas los pueblos. La destrucción del sistema de transporte público de calidad (rápido, con altas frecuencias y cómodo) ha sido tan completa que se ha llevado por delante incluso una nueva línea de transporte público que –en teoría–cumple estos requisitos de sobra: el ultramoderno tren de alta velocidad.
Es cierto que en el trayecto Albacete-Madrid el ahorro de tiempo no es grande con respecto a las líneas convencionales y que el precio es casi cinco veces superior (71 €/14€). Otro elemento interesante en este fiasco es otra tradición de la historia española: los trazados de ferrocarril "políticos" y la exigencia irrenunciable de una autovía y una estación de tren de alta velocidad en todas y cada una de las capitales de provincia, sea cual sea su tamaño y su circunstancia.
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