Seseña y las casas solares

Ayer se cerró al público el concurso de casas sostenibles Solar Decathlon, que se celebró por primera vez en España tras varios años en Washington. Como allí premiaban con regularidad ecocasas de las universidades politécnicas españolas, aquí en Madrid le han dado el primer premio a la Politécnica de Virginia (USA).

Las casas que se expusieron en la ribera del Manzanares eran casas de verdad, con un cuarto de baño, un dormitorio, una sala y una cocina. Todas tenían paneles solares fotovoltaicos y algunos térmicos. Una hábil disposición de huecos y materiales permite a estas viviendas dar confort a sus habitantes con un gasto de energía mínimo.

Al sur de Madrid hay otra exposición de viviendas no menos impresionante, el Residencial Francisco Hernando. Este es permanente y no ha ganado ningún concurso de ahorro de energía o sostenibilidad en la edificación. Pero es real: millares de viviendas en formato compacto, con pisos de dos o tres dormitorios, en mitad de un páramo cerca del antiguo pueblo de Seseña. Muchos pisos están vacíos.

Hay muchas Seseñas en España. Es la herencia de unos años (desde 1990 aproximadamente hasta el crash de 2008) en que se construyeron millones de viviendas, bastantes de las cuales no hacían ninguna falta (recuérdese el enorme parque de pisos deshabitados que aflige a nuestro país). Había tanto dinero en juego que a nadie le preocupó ese pequeño detalle, o el de la mala (en general) calidad de la construcción.

Caualmente, el Código Técnico de la Edificación y sus duras especificaciones entraron en vigor en el verano de 2007, muy poco antes de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Cuando ya no quedaba casi nada por construir. Pero no hay mal que por bien no venga. El próximo Solar Decathlon debería celebrarse en Seseña y debería responder a una pregunta: ¿Cómo convertir casas reales, que ya existen, en casas sostenibles?.