Drogas y automóviles

De la misma forma que se reconoce un uso medicinal y otro recreativo de las drogas, también existe un uso utilitario y otro recreativo de los automóviles. Ejemplo de este último es el Jaguar XF Diesel S, cuyo lema es “Más adrenalina, menos consumo” y asegura poder pasar del estado detenido a los 100 km/h en 6,4 segundos. Este vehículo tiene un motor de 275 CV, la misma potencia de un autobús de 45 plazas. Es evidente que el Jaguar XF es un coche recreativo, que no tiene nada que ver con el transporte. ¿Prohibimos su uso, como negamos el uso placentero de la marihuana?

En el extremo opuesto hay varios vehículos interesantes. El Panda Mamy de Fiat es, como su nombre indica, “El coche de mamá”. Pintado de color berenjena, tiene solo 60 CV y un equipamiento apropiado para ayudar a transportar a niños de un lado para otro (todos los días, millones de niños generan un importante porcentaje de las emisiones de carbono simplemente por la manía de los padres de no llevarlos andando al colegio de su barrio, sino mandarlos en vehículo a lejanas y elitistas instituciones educativas, pero esa es otra historia). El Panda Mamy tiene espejos retrovisores interiores adicionales para ayudar a vigilar a la grey infantil y es completamente lavable. Más funcional no se puede ser.

Otro vehículo del lado recreativo es el interesante Nissan Qashqai (sic), que se anuncia como Urbanproof, pues no en vano la ciudad es “su terreno de juego”. Algún margen debe de tener entre semáforo y semáforo y atasco y tasco para que la acreditada casa Nissan afirme tal cosa. Y por el lado útil, Renault acaba de mostrar a la prensa especializada su sensacional Kangoo Be Bop Z.E. con un motor eléctrico de 44 kW (equivalente a 60 CV) y una autonomía de 160 km. Un simple vehículo de transporte silencioso y sin emisiones de humos. La única pega es que no estará disponible hasta 2011.