El presidente de los Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Edelmiro Rúa, ha declarado a un diario madrileño (ABC, 17-1-2008) que la gestión del agua "no puede responder a caprichos de una u otra comunidad o provincia. Debe ser integral" Más adelante añade "la unidad de la cuenca se debe mantener". Se refiere a recientes veleidades o caprichos de determinadas comunidades autónomas, que quieren gestionar a su gusto el tramo de río que discurre por su territorio.
Ahora tomen el caso del Duero, el Tajo o el Guadiana. Sus cuencas tienen un tramo portugués y otro español. ¿No es un caso de libro de violación del principio de la unidad de gestión de cuenca?. Lo es, hasta el punto de que existe un organismo más o menos teórico llamado Demarcación Hidrográfica Internacional, establecido como tal en la ley española, portuguesa y de la UE.
¿No es el agua algo demasiado serio para dejarla en manos de las naciones o los estados? En espera de la creación de un organismo con poder real llamado Autoridad Mundial del Agua (cuya necesidad es ya angustiosa en Oriente Medio, por ejemplo), ¿qué tal si nos dejamos de "blindajes" de cuencas autonómicas y creamos la Autoridad Ibérica del Agua?
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