miércoles, 17 de agosto de 2011

Lo que dijo Paul Krugman


El premio Nobel de economía ha dicho en una entrevista que la crisis se acabaría, por ejemplo, si una invasión alienígena obligara a los gobiernos a dedicarse a salvar el planeta y a dejar de marear la perdiz financiera. Los portavoces del tinglado financiero han puesto al ilustre economista a caer de un burro por estas declaraciones, pero lo cierto es que no le falta razón.

Ya hace muchos años que se comparó a la economía financiera con un cañón desbocado. En la antigua marina de guerra, los cañones que se soltaban de los cabos circulaban de un lado a otro de la cubierta destrozándolo todo al vaivén del oleaje, y resultaba difícil amarrarlos de nuevo, pues podían pesar toneladas. El papel del cañón desbocado lo cumple hoy la inmensa bolsa de dinero virtual, por ejemplo de algún fondo de pensiones escocés, que da bandazos en la cubierta de la economía real destrozándolo todo a través de mecanismos financieros carentes de regulación y control, capaces de convertir un diminuto agujero en un agujero gigantesco por el que se cuelan las haciendas y las vidas de millones de personas.

Pero no hacen falta invasiones extraterrestres. La economía financiera sustituye con ventaja a los aliens: tiene un inmenso poder, actúa de manera tan incomprensible como los marcianos de Mars Attack, a base de ciclos de euforia y pánico, y es capaz de generar una enorme violencia sobre cualquier sector de la economía débil o desguarnecido. Pues a eso estamos. Se trata de atar de nuevo el cañón desbocado y construir a continuación una economía dentro-del-planeta y no fuera de él, sostenible, para entendernos.

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