martes, 29 de abril de 2008

Verde es el green


Criticar el auge actual de los campos de golf en nuestro país es fácil. Trasladar a la España Seca el paisaje y ecosistema de St. Andrews (Escocia), 2.000 kilómetros hacia el sur (y 2.000 milímetros de lluvia menos) parece al principio el paradigma de la insostenibilidad.

No parecen creerlo así los representantes del sector. Una lectura rápida de la Golf Guía 2008, que regala el diario ABC en su edición de hoy, nos muestra un pujante sector económico plenamente insertado en la sostenibilidad, avaricioso en el uso del agua, abierto a la sociedad, fuente inagotable de puestos de trabajo bien pagados.

La reciente entrega del Premio Madera Verde de Responsabilidad Ambiental para campos de golf nos muestra como se traduce en la práctica esta sostenibilidad. Y resulta que, en lugar de narrar con humildad sus avances en el uso de agua reciclada, césped con menor requerimiento de agua, procedimientos de riego economizadores, etc, les pierde el orgullo por estas ciertas pero muy parciales conquistas.

Así, nos enteramos de que el golf “restaura ecosistemas degradados … disminuye el efecto invernadero … contribuye a recargar los acuíferos … es un vector de educación ambiental”. En resumen, un campo de golf no es una industria como otra cualquiera: es “una herramienta para la conservación de los valores naturales y la promoción de los estéticos, ecológicos y paisajísticos”.

Pocas páginas más allá, la descripción de La Reserva de Sotogrande destruye todas estas buenas impresiones. Resulta que este club de golf “privado y exclusivo” ha obtenido uno de los premios Madera Verde por, entre otras cosas, un sistema de lagos interconectados que minimiza el consumo de agua todo lo posible (?). El resto son vaguedades.

El sector del golf, en resumen, está optando por un camino infructuoso. En lugar de detallar las prácticas de ahorro de agua de los greenkeepers (los que cuidan el césped), se lanzan al lugar común y vacío sobre la sostenibilidad. Pero ya no basta con pronunciar las palabras mágicas. El golf, una honrada y pujante industria, está todavía a mucha distancia de una razonable sostenibilidad, y le conviene mucho más reconocerlo y contar sus progresos que lanzar cortinas de humo.

2 comentarios:

  1. Para llegar a la verdadera felicidad, bienestar y desarrollo; es necesario iniciar de a raíz una nueva forma de vida, lógico que superior a la actual, de lo contrario no serviría o en vano sería desarrollarla; para tal caso usaremos una técnica natural que con ella se rige o depende el universo y cada uno de nosotros, es sencilla aplicar o rápidamente nos adaptaremos ya que estamos congénitamente constituidos por esas leyes naturales. Ninguna sociedad contemporánea lo a usado, por lo tanto este nuevo sistema o aplicar este modelo de vida en sociedad es innovador, ecológico, armonioso, sostenido, sano, justo, avanzado, superior, etc, lo que el hombre busca pero escasamente pone en practica en socialmente. Desaparecerán los errores actuales o antinaturales que mucho daño nos hacen a todos y planeta en general, entre ellos la contaminación, sobreexplotación de recursos naturales, violencia, corrupción, delincuencia, caos creciente, etc. mas info en

    http://es.geocities.com/proyecto_piloto_sostenible/Proyecto-comunidad-sostenible-desarrollo.htm


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  2. Es de agradecer, en estas épocas de tanta confrotación social en todos los ámbitos, donde todos estamos en posesión de la verdad absoluta, encontrar opiniones coherentes, humildes y respetables.

    Soy golfista. Pero no un simple golfista ocasional. Soy un auténtico enamorado del golf: juego siempre que puedo, en el campo he pasado grandes momentos, he hecho grandes amistades, he conocido sitios a los que nunca habría viajado por otro motivo y cuando estoy bajo techo lo veo en televisión, internet o práctico en mi casa. Quiero decir con esto que soy parte del problema como también espero serlo de la solución.

    El problema de la sostenibilidad del Golf es que se está planteando desde un prisma horrible: el enfrentamiento entre golfistas y ecologistas. Y es un error por parte de todos. No ayudan para nada las posturas ultradestructivas de algunos ecologistas u organizaciones, que en algunos casos parecen querer acabar con el golf mismo. De la misma manera, es cavernícola la postura del jugador de golf que se siente amenazado y responde con agresividad, buscando la confrontación y tomándoselo como "algo personal".

    Este enfrentamiento nunca nos llevará a nada. Y hay que desterrarlo ya. Esto no se trata de un problema de unos contra otros, es un problema de todos pues todos somos ciudadanos. Es un problema de trasladar a la industria del golf la idea de desarrollo sostenible que se está trasladando a todos los rincones, incluso a nuestras propias casas, donde el reciclado es cada vez menos llamativo pues está adquiriendo la categoría de costumbre.

    Tiene usted toda la razón en su artículo. Es cierto que se requiere una mayor comprensión por parte de ciertos sectores de la sociedad, pero no es menos cierto que somos los propios golfistas los que estamos obligados a dar el primer paso. No basta con pararnos a engalanarnos con los premios, los reconocimientos ni los buenos pasos dados hasta el momento, que son muy muy pocos. Hay que seguir siendo crítico, exigiendo que se cumpla la ley, denunciándolo en los momentos en los que no haga, promoviendo iniciativas sostenibles en nuestros lugares de juego habituales, concienciándonos de que es una necesidad.

    Basta ya de impresionantes pero irreales cifras económicas, basta ya de mentiras, falacias y demagogia barata, basta ya de responder a las críticas señalándo con el dedo a otros. Es hora de mirarnos el ombligo. Es hora de ponernos manos a la obra, porque somos nosotros los que tenemos que dar ejemplo que para eso somos los que luego vamos a disfrutar del resultado. Empecemos a construir un golf sostenible, y luego invitemos a todo aquel que quiera a probarlo. A fin de cuentas, si hemos sido capaces de convertir este deporte de unos pocos en un deporte de todos, ¿no vamos a ser capaces de esto?

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