martes, 18 de enero de 2011

Se busca Modelo T eléctrico


Según un estudio de mercado de KPMG recién publicado, la mayoría de la industria del automóvil cree que pasarán por lo menos cinco años antes de que haya un coche eléctrico a buen precio, capaz de venderse masivamente. Esto quiere decir que el coche eléctrico para las masas ya está a la vuelta de la esquina. Es un proceso irreversible al que conducen tres caminos por lo menos: el urbanismo, la tecnología y los precios de la energía (o la economía en general, que viene a ser lo mismo).

La creciente hostilidad hacia el coche de combustión por parte de las ciudades es un factor importante. Durante décadas, las ciudades han soportado las consecuencias de dejar que unos cuantos cientos de miles de vehículos llenaran su atmósfera de humo y ruido. Todas las ciudades tienen una estrategia de lucha contra el coche sucio (Dirty Car, DC), que puede ir desde la tasa de congestión (los coches contaminantes pagan por entrar en la ciudad) hasta la circulación permitida sólo los días pares o impares según la numeración de la matrícula. Hasta ahora había que aguantarse, pero ahora ya despunta la alternativa. En un proceso irresistible, el CC (Clean Car) expulsará al DC de la ciudades, empezando por el centro.

Los coches eléctricos actuales no tiene ningún atractivo para el consumidor. Son caros y no dan el servicio que se necesita (su autonomía se limita a 200 km. y necesita horas para recargarse de combustible). Pero eso está cambiando rápidamente. Un paso fundamental fue abandonar el diseño especial “ecológico” y fabricar los coches eléctricos con carrocerías indistinguibles de las de los coches de verdad. Ya podemos ir con un eléctrico a ver a los amigos sin que se nos caiga la cara de vergüenza. El resto de los problemas técnicos son poca cosa. Se necesita una autonomía a batería llena de unos 500 km como mínimo, y reducir mucho el tiempo de recarga en un enchufe convencional. La red eléctrica de cobre puede hacer maravillas, recuerden el ADSL. Otras innovaciones pueden ayudar, como recuperadores de energía ultra eficaces y techos solares fotovoltaicos, capaces de proporcionar parte de la energía que necesita el coche. Pero son innovaciones al alcance de la mano, no se trata de la invisibilidad o de la antigravedad.

Es cierto que los petroleros ríen desdeñosamente ante este panorama de coches eléctricos alimentados con energía renovable (un coche eléctrico alimentado con fluido procedente de una central alimentada con combustible fósil es una aberración). Su último infome de prospectiva publicado no cree que se deje de vender petróleo en abundancia en los próximos 50 años. Pero todo el mundo reconoce que habrá que buscar el oro negro (sic) cada vez más lejos y más profundo, y que eso subirá los costes. Lo bueno es que los costes de la electricidad renovable están bajando (ya se habla de un dólar por W fotovoltaico instalado, por ejemplo), y ya están en rumbo de colisión con los costes del petróleo, que no van a parar de crecer. En resumen: si está pensando en comprarse un coche, no se compre ninguno. Espere un par de años, tal vez tres, y cómprese un eléctrico fetén.

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