Una absurda equivalencia

Un frasquito de Fruta Esencial contiene, según www.frutafacil.es, la misma cantidad aproximada de calorías, proteínas, hidratos de carbono, azúcares, grasas, grasas saturadas, fibra alimentaria, sodio, y vitamina C que una pieza de fruta de peso equivalente.

Por desgracia, Fruta Esencial no es una pieza de fruta fresca, sino un líquido de elaboración industrial que contiene ciertas cantidades de calorías, proteínas, hidratos de carbono, azúcares, grasas, grasas saturadas, fibra alimentaria, sodio, y vitamina C.
Cuesta tres veces más, a igualdad de peso, que la fruta fresca. Incluye un envase de plástico desechable, cosa que no necesita la fruta de verdad.

La pregunta es: ¿Compraría alguien a sabiendas un sucedáneo de baja calidad a un precio tres veces superior al del producto original? El único argumento de venta es que es más fácil y discreto ingerir de un trago el frasquito de Fruta Esencial que pasar un cuarto de hora dándole mordiscos a una manzana. Es decir, que es bastante más cool.

Si Fruta Esencial no hiciera promesas que no puede cumplir, sería un simpático producto. El problema es que su publicidad sugiere que los frasquitos de Fruta Esencial nos protegen de las infecciones, luchan contra el deterioro celular, combaten el envejecimiento prematuro y el cáncer, previenen problemas intestinales y equilibran el organismo.

No solamente no hacen nada de eso (a diferencia de la fruta fresca), sino que contribuyen a atascar los vertederos. ¡Y todo por no hincar el diente a una verdadera y jugosa pieza de fruta!