El Ebro vuelve a las andadas

¿Se imaginan un titular así: “Intolerable: el sol sale siete veces y se pone otras tantas la última semana” Pues casi tan extraordinario es el publicado por el diario ABC el 5 de febrero de 2009: “El Ebro arroja al mar 590 hectómetros cúbicos de agua en la última semana”. Sigue una descripción ominosa del suceso, que culmina con el dato de que el río “ha dejado correr [el agua] a un ritmo de hasta 1.200 metros cúbicos por segundo”. Es ciertamente un dato aterrador.

Durante las últimas semanas ha llovido y nevado en abundancia. 2008/2009 promete ser un año hidrológico bien sobrado de agua (lo que es una magnífica noticia en un país generalmente seco como el nuestro). El río Ebro, sencillamente, está pletórico de agua, tanto que le sobra para guardar en los numerosos embalses que lo regulan y para verter una gran cantidad al Mediterráneo.

Si se está a favor del famoso trasvase desde la desembocadura del Ebro al Levante se pueden llenar páginas y páginas del periódico con informes, opiniones, gráficos, mapas, editoriales y encartes, pero lo que no se puede hacer es retorcer la realidad hasta el punto de presentar el funcionamiento normal de la naturaleza con el mismo formato con que se narra un crimen.